La inmutable presencia del arte y la cultura durante el confinamiento por COVID 19
Por: Carlos Mendoza Canto
Director del Instituto de Cultura USAT (ICUSAT)
Director del Instituto de Cultura USAT (ICUSAT)
En estos meses de pandemia mundial por COVID 19, el mundo del arte y la cultura se ha visto conmocionado. Su trascendental poder y su maravillosa característica de convocatoria colectiva, comunitaria y participativa, cual espada de Damocles, la han hecho referir hoy como de peligro inminente; así, los gobiernos en el mundo, por recomendación sanitaria, dispusieron la suspensión de sus actividades por ser eventos de asistencia masiva, considerado, en los primeros anuncios, un aforo mínimo de 70, y luego 50 personas juntas, en su área de servicio, y por sobre ello, guardar una distancia de dos metros entre una y otra persona. Confinando a: teatros, galerías de arte, museos, cines, conciertos, bibliotecas, espectáculos y otros, impactando severamente en la frágil economía de sus actores.
Ante esto, al igual que otros sectores productivos del país, la comunidad de artistas, grupos, elencos, productoras, espacios y centros culturales se han congregado en redes nacionales de trabajo, articulando objetivos, y discutiendo propuestas para la reactivación de su sector, propuesta que para el caso peruano se alcanzará al gobierno central, representado en el Ministerio de Cultura. Esto con el fin de encontrar una salida esperanzadora y propositiva ante esta nueva realidad.
No obstante, se señala el espíritu excepcional y la condición humana de los artistas y creadores, quienes no se han detenido, tanto en su expresión como en su carácter de acción; así, vemos a artistas contemporáneos dando mensajes de aliento a la ciudadanía a través de spots televisivos y redes sociales, o acompañándonos con los productos creados por ellos, antes y hoy, en cada día y cada momento de este necesario confinamiento; a través de la música que escuchamos, viendo películas, conciertos, leyendo un libro o haciendo recorridos virtuales de museos de arte, visitas al patrimonio mundial, nacional, natural, lo mismo que disfrutando de las expresiones inmateriales de nuestros pueblos; mitigando, con ello y en alguna medida, nuestros naturales temores, creando contrafuerte a la salud emocional de la ciudadanía, haciendo evidente que, todo lo que hoy nos acompaña y dinamiza la vida en este contexto, es resultado de la creación del arte y la cultura, nunca antes tan presente; una maravillosa presencia, inmutable y a veces inadvertida.
Así también, ese espíritu excepcional del artista, inserto laboralmente en el plano académico como “artista – educador”, ha contribuido y contribuye eficazmente en la formación integral de los estudiantes; otorgando, en su ejercicio académico, competencias genéricas y acercándolo desde el plano político cultural, a su derecho de vivir el arte y la cultura que el país y el mundo le otorga. Invitándonos a pensar que, en los recientes cambios otorgados por el Ministerio de Educación, planteados en formato de educación remota, se considerará que la impartición de los talleres de arte, tanto en la educación primaria, secundaria como superior, se trasladen también hacia la dinámica virtual, no solo en virtud a su vital importancia para el desarrollo de nuestros jóvenes, sino por el carácter reactivador de sector. Siendo una forma eficaz para reactivar el sector y sobretodo de reconocer la importancia del rol del arte y la cultura en la educación.
Se dice que la cultura se merece el reconocimiento de la sociedad como eje transversal y que es el cuarto pilar del desarrollo sostenible, junto al desarrollo económico, social y ambiental, entonces es tiempo de que este enunciado sea tomada en cuenta en las decisiones gubernamentales de esta etapa de emergencia y post pandemia, en todos los sectores y a todo nivel, es un hecho ya que la comunidad de artistas alcanzarán propuestas que contribuyan hacia la mejora de su sector; propuestas que, por su complejidad, deberán ser aplicadas intersectorialmente, haciendo énfasis a su condición de transversalidad; por lo tanto, no exclusivo del sector cultura sino articulado a otros ministerios: Educación, Trabajo, Economía, Producción, Salud, otros.
Tenemos la confianza de que la crisis de la pandemia será resuelta y que sacaremos el mejor aprendizaje; ya, en distintos momentos de la historia, la humanidad ha demostrado su capacidad de adaptación ante los grandes desafíos; habrán dolorosas afectaciones como también lecciones, y los ineludibles cambios surgirán; y, seguramente, darán a la creación artística algún giro en su condición, oferta, interacción y/o acto convivial.
