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Egresados USAT iniciarán noviciado tras ser admitidos en la Compañía de Jesús
Dos egresados de la USAT han sido admitidos en la Compañía de Jesús , una orden religiosa de la Iglesia Católica orientada al servicio de la misión de Cristo mediante el sostenimiento de la fe y la realización de la justicia en el país y el mundo.
Ellos son Clóver Dávinson Correa Jibaja, de la Escuela de Derecho USAT; y Manuel Sebastián Arévalo Roca de la Escuela de Psicología USAT. Los egresados iniciarán su formación como jesuitas en el Noviciado Regional de Quito el próximo 6 de febrero.
El noviciado consiste en un conocimiento de sí mismo para fortalecer la relación con Dios y conocer a profundidad la Compañía de Jesús, mediante la experiencia de los ejercicios espirituales como pilar para el discernimiento.
Al culminar esta primera fase se profesan los votos y continúa la formación en humanidades y filosofía, para luego tener la experiencia de magisterio en alguna comunidad de la provincia peruana u otras localidades.
La siguiente etapa es el teologado y próxima ordenación sacerdotal. En este periodo la compañía solicita que realicen los últimos votos e incorporación definitiva a la Compañía de Jesús. El tiempo va de acuerdo a la persona y su caminar vocacional.
“El resultado final es la asignación de una misión específica donde, de acuerdo a los dones que Dios nos da y la Compañía de Jesús, disciernen en conjunto con el Jesuita, donde iniciará para la construcción del Reino”, explica Sebastián.
Dávinson también señala que esta formación es un proceso de conversión en libertad responsable y de profundidad de la vida cristiana. “Se trata de que nos ‘convirtamos’ para un mayor servicio a la Iglesia y a la sociedad”, comenta.
Deseo de servir como Jesús
Sebastián menciona que fueron tres razones las que lo motivaron a postular a la Compañía de Jesús: la misión abierta que tienen en la Iglesia, el aporte en la misión evangelizadora y educadora, y los ejercicios espirituales de San Ignacio.
“Me siento contento porque al formar parte de esta orden podré ayudar a las personas que sufren las diversas situaciones actuales y llevarles la buena noticia del Dios del amor que nos salva por medio de Jesucristo”, afirma.
Por su parte, Dávinson manifiesta que una de sus motivaciones fue su constante “aggiornamiento” para acercar el Evangelio a los pobres y su deseo de compartir la misión con los laicos por medio de la horizontalidad y la acogida.
“En pandemia la orden busca nuevas formas de cómo acompañar a los afectados de esta crisis y me anima a responder con audacia evangélica. Además, fortaleció mi encuentro con Jesús para responder a los desafíos del consumo, la superficialidad y del bien común”, finaliza.
